Impotencia. Estado de excepción

Indignación, asco, impotencia, vergüenza ajena... son sentimientos que me vienen cuando pienso en la vista preliminar que ha comenzado hoy entorno al Lehendakari, Patxi Lopez, Rodolfo Ares y lxs dirigentes de Batasuna.

Me parece vergonzoso que en un país que se considera democrático, se ponga en el banquillo a lxs dirigentes de una zona por dialogar.

El lunes sabremos si el juicio sale adelante o no. Hay que conseguir algo que deje todo bien cerrado, sino, El Foro de Ermua y Dignidad y Justicia ya han anunciado que seguirán recurriendo. Y eso puede dar chicha para dos años más.

La sentencia está clara. No hay delito. Pero el Foro de Ermua y Dignidad y Justicia habrán conseguido lo que querían, que es la foto del Lehendakari sentado en el banquillo, dando vueltas por el mundo. Es decir, deslegitimar o criminalizar al Parlamento Vasco (y con esto al pueblo), que es el que, al fin y al cabo, es el que estaba clamando a gritos ese diálogo.

Me imagino a los periodistas de Australia cuando les llegue la foto.

- Y estos, ¿quienes son?
- Miembros del Parlamento Vasco
- Y, ¿por qué están sentados en el banquillo?
- Por hablar
- ¿Por hablar? ¿de qué?
- Por dialogar para intentar conseguir la paz en su territorio.
- ¿Dónde está el País Vasco pues? ¿en Israel? Yo pensaba que era lo que había alrededor de Bilbao...

(...)

Y por otro lado, otro tirón de orejas del Tribunal de Estrasburgo al Estado español:

"Estrasburgo condena al Estado español a indemnizar con 170.000 euros a Mikel Iribarren"

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado al Estado español a indemnizar con 170.000 euros al iruindarra Mikel Iribarren, por las secuelas que le causaron el impacto de un bote de humo disparado por la Policía española en unos incidentes ocurridos en 1991 en la capital navarra.

08/01/2009 12:46:00

ESTRASBURGO-. El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha sentenciado por unanimidad que se violó el artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos al entender que, al denegar la indemnización, los tribunales españoles "no consideraron suficientemente la gravedad de las heridas y secuelas" producidas al joven iruindarra.

Ademas, la sentencia determina que hubo una segunda violación del citado convenio, la del artículo 6.!. (derecho a un juicio justo), ya que la duración del procedimiento no tuvo "un plazo razonable".

El fallo judicial, que incide en la "complejidad" del caso, subraya las iniciativas del demandante "para identificar al culpable" que disparó el bote de humo y recibir así una indemnización "por la acción de un agente de las fuerzas del orden".

La Policía nunca facilitó la identidad del agente que lanzó el artefacto.

De los 170.000 euros que el tribunal ha fijado como indemnización, 100.000 corresponden a daños materiales; 30.000 a gastos y costas; y 40.000 a daños morales. Esta última cifra es la única acordada sin unanimidad, al aprobarse por cuatro votos contra tres.

Iribarren necesitó 459 días para recuperarse de las graves lesiones que sufrió y que le ocasionaron una invalidez permanente del 37%.

La Audiiencia Nacional española dictó el 1 de julio de 1998 una sentencia en la que le otorgó una indemnización de 60.000 euros, que fue anulada por un fallo del Tribunal Supremo el 31 de enero de 2003.

El recurso de amparo que presentó ante el Constitucional fue rechazado el 21 de octubre de ese mismo año, por lo que el 14 de noviembre presentó una demanda ante Estrasburgo.

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Conozco el caso de este chico ya que me lo suelo cruzar bastante a menudo. Y, aunque afortunadamente, hoy día está mejor (casi 18 años después) todo lo que ha pasado (creo que más de 10 operaciones de reconstrucción) y el abandono por la justicia, ha sido escandaloso. Como la Policía se cubría las espaldas escondiendo al responsable, y cómo los poderes judiciales, tampoco exigían responsabilidades mirando para otro lado... cómo los antidisturbios de Iruña les da igual disparar una pelota a una persona a menos de 2 metros... y para qué entrar en las demás bestialidades de sobra conocidas por estos lugares.
Pues eso, otro tirón más de orejas que evidencia las nulas garantías de la democracia española y todos sus estamentos.